El objetivo es conseguir una buena comunicación entre el perro y las personas, enseñando al propietario a comunicarse correctamente y de forma efectiva con su animal de compañía y educarlo de forma positiva.
La educación canina va más allá de la obediencia básica en los perros y busca que el animal sea sociable, que aprenda las normas de convivencia básicas en el hogar y en la calle, la prevención de problemas de comportamiento y una relación beneficiosa y equilibrada con los seres humanos. Se busca que el perro cumpla las órdenes que se le dan ya sean estas gestuales o verbales, basándonos en el refuerzo positivo (premios, caricias, juguetes… que motiven al perro a cumplir las órdenes).
El aprendizaje es el cambio de una conducta a consecuencia de la experiencia. Así pues, uno de los principios del aprendizaje nos dice que toda conducta premiada tenderá a repetirse y toda conducta castigada tenderá a eliminarse o a derivarse a otra conducta.
En la educación canina en positivo NO se usan técnicas aversivas (manipulación física, castigo físico, intimidación, imposición) ya que aunque puedan parecer efectivas a corto plazo para el control de ciertas conductas indeseadas, provoca un estado emocional de ansiedad, bloqueo, estrés y miedo en nuestras mascotas. Y por otro lado, existe el peligro que los perros hagan asociaciones erróneas entre el castigo y el motivo por el cual son castigados, o bien, pueden aparecer conductas nuevas indeseadas que el animal desarrolla para intentar evitar el castigo.
P.ej. El perro ladra en el jardín cuando se acerca un extraño y le pongo un collar de descargas eléctrico para que no ladre. No ladrará para evitar la descarga pero cuando vea un extraño en el jardín se pondrá ansioso y escarbará agujeros en el suelo.
P.ej. El perro ha orinado dentro de casa al quedarse solo. Cuando el propietario llega y lo ve, lo castiga. El perro no entiende que se le castiga por una acción que ha hecho hace horas. Asocia la llegada del propietario y la olor a orina con un castigo desagradable, y cuando llegue el propietario a casa, si hay algún pipi hecho se esconderá para evitar el castigo. No es culpabilidad, se esconde porque ha hecho esta asociación, ha hecho un aprendizaje.
Con la educación canina en positivo, reforzaremos todo aquello que nos gusta y ignoraremos todo lo que nos desagrada. A base de repetir los ejercicios el animal comprenderá qué queremos que haga y aprenderá a hacerlos.
Este método de aprendizaje sin castigo hará que el perro tenga una gran motivación para aprender, que este aprendizaje sea de calidad y que el perro tenga una buena calidad de vida. Pero sobretodo permite crear un gran vínculo de amor, confianza y respeto entre el perro y el propietario.